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Damián Rivas Karlic continúa como coordinador de Delta FC

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El entrenador campanense sigue desarrollando su trabajo en esta institución de Benavídez impulsada por el exjugador de San Lorenzo y la Selección Argentina, Leonardo Rodríguez.

“Pasa el tiempo… Hace 6 años que estamos trabajando en Delta Fútbol Club, donde se me abrieron las puertas y puedo desarrollar un proyecto en lo que refiere a una Academia”, explica Rivas Karlic.

-¿Qué tarea asumís en Delta FC?

-Coordino a catorce personas entre Directores Técnicos y Profesores de Educación Física. Dentro de dicho plantel están Cristian Jeandet y Luis Piazzalonga, aunque también trabajaron en este proyecto Daniel Ratica, Gerardo Gómez, Sebastián Rivas, Mauro Keidel y Ramiro Arias.

-¿Con cuántos chicos trabajan?

-Tenemos  más de 350 chicos y participamos en tres torneos diferentes, que tienen distintos niveles. Ahí es donde desarrollas una tarea de nivelación constante, tanto de los chicos como de las personas que tengo a cargo.

-En 2023 estuviste como Coordinador de Juveniles en Villa Dalmine. ¿Cómo fue tu experiencia? ¿Por qué no continuó el proyecto?

-Fue un año extraordinario, trabajando con gente amiga y de calidad como Pepi Soto, Oreste Bracco, Francisco Lavielle, Gustavo Gherbi  Ariel Rosada, Matías Antúnez (kinesiólogo) y Gabriele Guglieri (traumatólogo). Un grupo de jerarquía, que no iba por lo económico, sino que creía en el proyecto. Estábamos armando un plantel bárbaro para que los chicos, que son lo más importante, tengan las mejores herramientas. Pero me obligaron a irme, a pesar de tener un año más de contrato y como uno quiere al club, me fui en silencio, tranquilo de no deberle nada a nadie y sabiendo que en algún momento cuando el club lo necesite iré a dar una mano. Soy del riñón del club, soy producto del club y sé lo importante que es la formación de los chicos. Hoy ver varios chicos jugando en primera me pone muy contento.

-¿Qué fue lo que hizo que te tuvieras que ir de un club que sentís como tu casa?

-Nada. Hace años que uno trabaja en este ambiente y sabe muy bien que nadie es profeta en su tierra. Trabajé como Director Deportivo y como Coordinador de Juveniles. Pero cuando se viene una tormenta y te invitan a irte porque vos no coincidís con lo que viene, me fui, siempre dejando las puertas abiertas, teniendo muy claro cuál es el camino y, sobre todo, las formas de trabajo, que es lo más importante en un club y en una institución que quiero mucho. No voy a decir nada inconveniente que pueda perjudicar al club, se lo manifesté en la cara a las personas que correspondía y a los que no valía la pena no. Seguí por mi camino, pero que quede claro: no le debo nada a nadie. Sí le agradezco a Alberto Ize, quien confió en mí; y a un grupo de la Comisión que estuvo gran parte del año acompañando, como Lisandro Carugatti, Agustín Acciardi, Nahuel Rivas Karlic, Juan Maison y Marcos Velurtas. Tanto los chicos como los padres pueden dar fe que, durante todo el año, les mostramos el trabajo, el nivel y la coherencia que se necesita para este tipo de proyectos que no son nada fáciles, porque nuestro trabajo es que los chicos puedan llegar y mantenerse en Primera, que puedan competir con un jugador profesional. Y eso no es nada fácil.

-¿Tu intención es trabajar en clubes de la zona?

-Sé que se va dar. Uno, como trabajador del futbol, sabe que esto es un círculo chico, en donde se sabe quién es quién. Me gustaría trabajar en un proyecto planteado a 2 o 3 años, que sea serio, para formar chicos que puedan ser profesionales. Me gustaría que Campana sea un semillero de jugadores. Hay gente muy capaz para desarrollarlo, pero el tema es encontrar el club y la dirigencia que entienda que los chicos son una inversión y no un gasto. Uno está constantemente capacitándose, actualizándose y ve cómo instituciones como Vélez, Lanús, River y Boca invierten sumas millonarias en la formación. Y son clubes que viven de los resultados de los fines de semana, pero que entienden que el camino es otro, que un tema es el plantel profesional y otro camino es la formación de los chicos. Por eso, si uno mira estas instituciones va a encontrar un alto porcentaje de chicos oriundos de las inferiores en el plantel profesional.

-Una historia que te tocó vivir, por ejemplo, en aquel ascenso de Villa Dálmine a la Primera B en 1996.

-Fue lo más lindo que viví en el futbol. Éramos juveniles formados desde muy chicos en el club, jugando por la camiseta de la cual somos hinchas. Y poder lograr un campeonato y luego un ascenso, realmente era todo un sueño. Vivir todo eso a los 19 años fue algo hermoso. Y quedamos en la historia del club.

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