Personas privadas de libertad de dos de las cárceles bonaerenses de Campana elaboraron juegos didácticos de madera que fueron entregados a un merendero de esa localidad al que asisten más de 150 niños, niñas y adolescentes, y para un Jardín de Infantes del partido de Escobar.

Una de las actividades solidarias se desarrolló en la Unidad 21 y la otra en la Unidad 41, ambas del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), y contaron con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, conducido por Juan Martín Mena.
En la Unidad 21 la producción de más de 200 juegos fue destinado al Comedor Social y Cultural “Panza llena, corazón contento”, el que funciona desde hace nueve años.
Una iglesia evangélica pentecostal donó telas y materiales para que los privados de libertad contaran con el material para confeccionar ocho dominós, 13 barcos, 18 juegos de números, 21 espadas, 16 cañas de pescar, 16 aviones, 16 tira y emboca, 17 tejos y 15 yenga, diez laberintos.
Además de los juegos los internos elaboraron 50 fundas de almohadas, diez cartucheras y diez carteras.
La producción fue llevada por las autoridades del Complejo Penitenciario Campana y la Unidad 21 hasta el merendero.
La entrega contó con la coordinación de la Subdirección General de Trabajo Penitenciario y el Complejo Penitenciario de Campana, a cargo de Mario Clementi.
Al momento de la entrega estuvieron el Secretario de Coordinación del Complejo mencionado, Guillermo Rodríguez, y por la Unidad 21, Vanesa Bruschi (Subdirectora de administración), Joaquín García (Subjefe de Tratamiento) y María Pía Gueth (Coordinadora de Educación y Cultura).
En la Unidad 41 elaboraron juegos didácticos de madera para niño y niñas con trastornos del espectro autista que asisten al Jardín de Infantes N° 905 de la localidad de Manuel Alberti, del partido de Escobar.
La entrega constó de seis cajas de maderas, que en su interior contaban 80 juegos didácticos de madera de diferentes colores con 20 círculos, 20 triángulos, 20, cuadrados y 20 rectángulos.
Las donaciones se realizaron en el marco del convenio de Voluntariado Social, a través del cual los privados de la libertad donan la mano de obra para distintas propuestas solidarias.