El mundo llora la partida del Papa Francisco, quien falleció a los 88 años en el Hospital Gemelli de Roma, tras enfrentar una neumonía bilateral que complicó su estado de salud en los últimos días. Su deceso marca el fin de un papado caracterizado por la humildad, la defensa de los más vulnerables y una profunda conexión con su Argentina natal.
Un papado de cercanía y reformas
Desde su elección en marzo de 2013, el Papa Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, se destacó por su enfoque pastoral y su compromiso con la reforma de la Iglesia. Su estilo sencillo y su insistencia en una “Iglesia pobre para los pobres” resonaron en todo el mundo, buscando acercar la institución a las realidades cotidianas de los fieles.
Vínculo inquebrantable con Argentina
A pesar de su residencia en el Vaticano, Francisco mantuvo siempre un lazo estrecho con Argentina. Su amor por el mate, su afición por el fútbol y su constante referencia a las “periferias” reflejaban sus raíces porteñas. En numerosas ocasiones, expresó su preocupación por la situación social y política del país, llamando al diálogo y la unidad entre los argentinos.
Una batalla valiente contra la enfermedad
En sus últimos días, el Papa enfrentó con entereza una neumonía bilateral que agravó su estado de salud. A pesar de los esfuerzos médicos y su espíritu resiliente, su condición se deterioró, llevando a su fallecimiento en la madrugada de hoy. Durante su hospitalización, recibió visitas de líderes mundiales y expresó su gratitud por las oraciones y el apoyo de los fieles.
Legado perdurable
El Papa Francisco deja una huella imborrable en la historia de la Iglesia Católica y en el corazón de millones de personas. Su llamado a la misericordia, la justicia social y el cuidado del medio ambiente perdurará como guía para futuras generaciones. En Argentina, su memoria será especialmente honrada, recordando al pastor que nunca olvidó a su pueblo.
Con su partida, se inicia un período de luto en la Iglesia, y pronto se convocará al cónclave para elegir a su sucesor, quien tendrá la tarea de continuar con la misión y los desafíos que Francisco abrazó durante su pontificado.