Cinco gendarmes fueron procesados por el robo de 15 ladrillos de cocaína de un cargamento de 26,730 kilos que había sido incautado y puesto a resguardo en el Depósito Judicial del Escuadrón 63 “Zárate -Brazo Largo” y dos de ellos quedaron presos, indicaron fuentes judiciales.
El faltante fue descubierto el 2 de septiembre pasado, tras una denuncia de otros miembros de esa fuerza de seguridad. La intención de los gendarmes involucrados era que nadie notara que más de 16 kilos de polvo blanco habían desaparecido de la caja identificada como “efecto nro. 469″ hasta el día de la quema de la droga, y así lograr impunidad.
Pero la maniobra se descubrió tras la denuncia y, posterior, investigación del juez federal de Campana Adrián González Charvay. Así, se reveló el plan de dos gendarmes de alto rango del Grupo de Criminalística y Estudios Forenses del Escuadrón para sustraer más de 16 kilos de cocaína. Esos dos jefes recibieron prisión preventiva por sustracción de efectos secuestrados -peculado-, tráfico ilícito de sustancias estupefacientes con fines de comercialización, agravado por ser cometido por un funcionario público encargado de la prevención o persecución de esta clase de delitos y falsedad ideológica.
Se trata del Segundo Comandante Nicolás Martín Rolleri y el Alférez Andrés Gustavo Ismael Dávalos.
Fueron, además, embargados por 25 y 30 millones de pesos, respectivamente.
El resto de los involucrados, Ariel Alejandro Cruz (Sargento Primero), César Manuel Rengifo (Cabo Primero) y Silvia Alejandra Clapier (Cabo Primero) fueron liberados, pero siguen atados al proceso debido a que, para el juez, contribuyeron y dieron ocasión a que el robo pudiera llevarse a cabo.
Los tres subalternos “acordaron no denunciar los hechos ilícitos de los que habían tomado conocimiento, y al mismo tiempo se propusieron ocultar, alterar o hacer desaparecer los rastros, pruebas o instrumentos de un delito”, indicó la resolución.