El jefe de Delegación Departamental de Drogas ilícitas de Dolores y un integrante de la Dirección General de Operaciones Antidrogas Hidrovía del Paraná de la Policía Federal fueron detenidos por personal de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA), acusados de integrar una banda dedicada a crear falsos allanamientos para apoderarse de cargamentos de estupefacientes de otras organizaciones. En el marco de esa causa fue que se allanó la sede la Federal de calle Las Heras.
Fuentes judiciales y de la fuerza de seguridad federal confirmaron que las detenciones fueron realizadas el miércoles último y hoy fueron indagados por la jueza Alicia Vence, a cargo del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional 2 de San Martín, quien les imputó el delito de “asociación ilícita, extorsión y encubrimiento”.
Fuentes policiales y judiciales informaron que en agosto del año pasado, la GNA detectó y desbarató una asociación ilícita que estaba conformada por policías y algunas bandas de narcotraficantes en la que se dedicaban a crear falsos allanamientos para realizar el denominado “mejicaneo” de sustancias ilícitas a otras organizaciones narco.
A raíz de esos procedimientos, por orden de la jueza Vence, los efectivos de la Unidad de Reunión de Información “Campo de Mayo”, iniciaron investigaciones sobre dos personas miembros de Fuerzas policiales.
El personal detuvo en Mar del Tuyú, partido de La Costa, al Jefe de la Delegación Departamental de Drogas ilícitas de Dolores.
Mientras que en Ramos Mejía, con colaboración de Asuntos Internos de la Policía Federal Argentina (PFA), se detuvo al otro investigado que prestaba servicio en la Dirección General de Operaciones Antidrogas Hidrovía del Paraná de Campana.
Parte de la banda había sido desbaratada en agosto del año pasado luego de que la jueza Vence dispuso en 2021 que la GNA realice trabajos de seguimiento, vigilancias e investigación sobre una organización que estaba estructurada para secuestrar, alquilar y comercializar armas de fuego y droga en la zona norte y oeste del conurbano.
Los pesquisas establecieron que el modus operandi con ayuda de policías llevaban a cabo falsos allanamientos a bandas criminales de la zona para quedarse con los estupefacientes y las armas incautadas que luego eran puestas nuevamente en el mercado criminal.