Luciano Padrón tenía 23 años, y desde hace unos meses trabajaba en la carbonería ubicada en la Ruta 193, en el camino a Capilla.

Anoche fue asesinado a sangre fría en un violento asalto donde también murió el policía Osvaldo Cantero (de 25 años) y otro resultó herido.

Fueron entre cuatro y cinco delincuentes los que ingresaron al lugar, donde funciona una carbonería pero también están las viviendas de los propietarios y otras construcciones donde viven peones.

Tras atar a los dueños de la finca, comenzaron a pedir dinero que sabían -decían que tenían el dato- estaba en el lugar. Los dueños les dieron una suma millonaria, pero seguían pidiendo más y amenazaban con matarlos.

Una integrante de la familia logró esconderse y avisar a su esposo, quien fue en busca de los peones del campo para que lo ayuden. Los delincuentes advirtieron lo sucedido, y tomaron de rehén a un peón que se acercó a la casa para ver qué pasaba.

Apuntándole a la cabeza fueron a la vivienda donde estaban los demás trabajadores, entre ellos Padrón. El joven vecino de Lima, no quería abrirles, pero terminó cediendo ante la posibilidad que mataran a su compañero. Cuando abrió la puerta, el delincuente le disparó en el rostro, sin mediar palabra.

En ese momento, comenzó a llegar la policía que habían sido llamados por una de las mujeres.

Los delincuentes los recibieron con más de 50 disparos, logrando escapar a dos vehículos, uno de los cuales sería un Gol Trend.