La entidad publicó un duro comunicado, en el cual solicita toda la ayuda posible para poder continuar albergando a unos cien perros.
Sin ayuda de empresas ni el Municipio, arrastran una deuda con veterinarias de más de cien mil pesos. “Hoy es un día de esos donde nos da ganas de bajar los brazos” publicaron en sus redes sociales.
“Hoy es un día de esos donde nos da ganas de bajar los brazos… aún hay gente que no lo entiende: somos una entidad de bien público que no recibe ayuda de ningún tipo, ni de empresas, ni de Municipalidad; sostenemos a nuestros 100 perros con la ayuda mensual de pocos socios, y con ese dinero, se compra el alimento para nuestros rescataditos” explicaron con el dolor de no contar con el reconocimiento (ni acompañamiento) necesarios para poder seguir adelante.
Todo el esfuerzo surge de un puñado de voluntarias, quienes llevan adelante pequeños proyectos para reunir fondos: confeccionan almanaques, organizan eventos, rifas, y hasta galletitas y juguetes para perros. Con lo recaudado, arman un fondo veterinario para así poder comprar la medicación y contratar los servicios veterinario para los distintos tratamientos que necesitan.
Actualmente, se ven impedidos de realizar nuevos rescates (“porque no tenemos dónde ponerlos”). Sin embargo, en el último mes, el lugar se vio colapsado tras recibir varios perros que les han dejado encadenados a la puerta, muchos de ellos, enfermos.
Al vandalismo recurrente que sufren sus modestas instalaciones (en la última semana les violentaron tres candados), días pasados sufrieron un ataque peor: “manos no tan anónimas nos ingresaron por la noche una mamá con dos cachorras enfermas con parvo virus”. En un refugio con 100 perros, una verdadera “bomba biológica”.
Apremiados por las deudas (más de $110.000 en tratamientos veterinarios que no pueden pagar), los voluntarios aseguran que ya no pueden más. “Ojalá puedan aportarnos un granito de arena y poder saldar la deuda, para poder salvar más perritos”.
Nuevamente, apelan a la solidaridad de la Comunidad para extender la vida de una institución, que pareciera condenada por la falta de interés de las autoridades y del sector privado.
Los interesados pueden colaborar por Mercado Pago o transferencia bancaria al alias Vetlife.campana, o bien en efectivo, en la Veterinaria Vetlife (Av. Varela 980).