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A 20 años de la denuncia contra el cura Grassi: Sigue detenido en el Penal de Campana a punto de recibirse de abogado

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Al cumplirse 20 años de la emisión del programa periodístico que sacó a la luz los abusos a menores de edad del cura Julio César Grassi, los profesionales que ayudaron a las víctimas recordaron el caso como un “hito” en las denuncias de abuso infantil en la Iglesia a nivel mundial, pero también las amenazas que sufrieron en ese camino hasta la condena a 15 años de prisión del extitular de la Fundación Felices los Niños.

“Que se lo hayan condenado es muy importante, hay pocos antecedentes en el mundo donde personas tan poderosas cumplan la condena. El cumplimiento de una condena efectiva fue muy reparador para las víctimas”, dijo Juan Pablo Gallego, abogado de la querella.

Enrique Stola, el psiquiatra que atendió a dos adolescentes víctimas del cura, sostuvo que el caso “fue un antes y un después no sólo en las denuncias contra la Iglesia sino también en los abusos que ocurren a nivel intrafamiliar. Se empezó a hablar en toda la sociedad del abuso sexual de las infancias”. 

El caso se destapó en una emisión del programa televisivo Telenoche Investiga el 23 de octubre de 2002 cuando se presentaron en horario central varios testimonios de trabajadores de la Fundación que denunciaban el abuso sexual a cinco niños y adolescentes de entre 11 y 17 años.

Pero uno de los principales relatos fue el de “Gabriel” -nombre que se dio para proteger su identidad- quien contó cómo había sido obligado a mantener relaciones sexuales con el cura en 1998 cuando tenía 15 años.

A pesar de las graves acusaciones en su contra, Grassi, que hoy tiene 66 años, continuó libre muchos años gracias a que se le otorgó la libertad morigerada, es decir que no se le permitió acercarse a los chicos de la fundación al tiempo que aseguraba que las denuncias en su contra eran parte de una “extorsión”.

Durante todos los años que duró la causa, los querellantes denunciaron que desde el entorno de Grassi, quien contaba con grandes conexiones con el poder político, mediático y empresarial del país, intentaron entorpecer la investigación.

“Grassi manejaba los medios, él era famoso y muy poderoso, tenía como 30 abogados. Siempre se intentó frenar la causa, tuvo un apoyo descomunal”, relató Gallego, quien recordó que “balearon a testigos clave, casi secuestran a una víctima y le cortaron un dedo a otro”, entre otros episodios violentos.

Además, contó que “la justicia de Morón también intentó ayudarlo pero el nivel de prueba que presentamos hizo imposible no condenarlo”.

Por su parte Stola dijo que entraron tres veces a su casa y hasta le dieron una paliza. “Era gente muy pesada la que rodeaba el cura”, rememoró.

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