El estudio fue realizado por equipo de investigación de la Universidad de Colonia y las Universidades de Mannheim y Heidelberg. Encontraron que incluso la sola administración de alcohol altera permanentemente la morfología de las neuronas. En particular, el alcohol influye en la estructura de las sinapsis y en la dinámica de las mitocondrias.
El equipo puso a prueba su hipótesis mediante investigaciones en moscas de la fruta y modelos de ratón, y descubrió cambios inducidos por el etanol en dos áreas: la dinámica mitocondrial y el equilibrio entre las sinapsis de las neuronas. Las mitocondrias suministran energía a las células, especialmente a las nerviosas. Para suministrar la energía de forma óptima a las células, las mitocondrias se mueven.
El movimiento de las mitocondrias se vio alterado en las células tratadas con etanol. También se alteró el equilibrio químico entre ciertas sinapsis. Estos cambios fueron permanentes y se confirmaron con cambios en el comportamiento de los animales: los ratones y las moscas de la fruta mostraron un mayor consumo de alcohol y una recaída en el alcohol más adelante.