El colorido polvo que se consume en clubes de música electrónica no tiene cocaína sino ketamina, a la que le agregan éxtasis y el alucinógeno mescalina.
El “tusi” es un cóctel de varias sustancias, principalmente ketamina, un anestésico usado en animales.
Los 15 gramos de polvo rosado que resultan del proceso valen unos 1.500 dólares en las calles.
En otras regiones, la mezcla incluye medicamentos psiquiátricos de la familia de las benzodiacepinas y hasta opioides, analgésicos altamente adictivos.