Hay quienes creen que suavizan las dolencias cervicales, pero otros sostienen que no generan ningún alivio en el cuerpo.
En la antigua Grecia y en el Imperio Romano se utilizaba el azufre como elemento purificante.
Las barritas de azufre absorben la electricidad estática del cuerpo del paciente, que puede haberse generado por varios motivos. En el momento que han absorbido esa electricidad, crujen y en ocasiones se parten, se nota el alivio instantáneamente.