Estaba internado desde hace 3 meses, luego de ser baleado. En las últimas semanas, había contraído Covid-19.
Cuando la doctora María Eugenia Ibañez Aldecoa informó a los familiares de K.R. un joven de 18 años que este había muerto, nunca pensó que podían reaccionar con la violencia que lo hicieron. K.R ingresó al hospital local con un escopetazo, antes tuvo decenas de detenciones y traslados a centros de reclusión de menores, de donde siempre escapó.
“Hoy a la mañana tuve un episodio horrible en el hospital, episodio que pensé que nunca iba a vivir, episodio que pensé que nunca nos iba a llegar en mi lugar de trabajo. (…) La realidad es que la familia nunca aceptó que está persona podía fallecer y mucho menos que si no lo hacía iba a quedar con el grado de dependencia total que tenía hasta hoy a la mañana”, explicó la doctora agredida.