Al intenso trabajo habitual, desde el inicio de la pandemia se les sumó la tarea de hisopar a los casos sospechosos y atender a quienes ingresan con síntomas respiratorios por la enfermedad. “Después de 24 horas predomina la angustia, cuando uno siente que no puede hacer más”, reconocen.
Más de 300 vecinos por día -unos 100.000 al año- se atienden en la guardia del Hospital San José. Desde consultas leves a graves, accidentes, baleados y detenidos, todos pasan por el triage del centro de salud municipal. Desde el inicio de la pandemia, se sumó a ese trabajo, decenas de consultas diarias por Covid-19.
El servicio de guardia del hospital es el encargado de brindarle atención a todos los vecinos que ingresan con síntomas de Coronavirus. Allí les realizan los hisopados y, en los casos graves, se los estabiliza hasta su trasladado al área de internación ó a la unidad de terapia intensiva.
“Es la primera vez en 27 años que vivimos una situación así, pero estamos bien. Tenemos más adrenalina, más miedo. No estábamos preparadas para todo esto que pasó”, asegura Noelia González, responsable de enfermería de la guardia. “Tuvimos y tenemos miedo, pero somos fuertes y contamos con los elementos de protección necesarios”, continúa contando la experimentada enfermera, quien guía a las más jóvenes, muchas de las cuales, al igual que ella, ya se contagiaron de Covid-19.
“Tenemos un gran equipo de trabajo, y logramos fortalecerlo para enfrentar este desafío”, explica la doctora Sol Barboza, quien en la actualidad es una de las responsables de los hisopados a los casos sospechosos de Covid. “Hoy debemos hacer un poco más de lo que hacíamos, no es solo el hisopado, es la contención del paciente y familiar. Ahora empezamos con el protocolo de despedida de familiar, que es muy movilizador”, resalta la doctora Adriana Ciappini, otra de las experimentadas del área: “Fue un desafío pero entre todos logramos hacer un buen trabajo desde la guardia. Más que la cantidad de trabajo, lo que cambió es la calidad ya que el paciente con Covid demanda más atención. Pero, además de estos pacientes, tenemos todos los demás”.
“Me siento orgullosa de este equipo, de todos, desde enfermeras, médicos, recepción, todos. Cada uno pone su esfuerzo para que los vecinos sean atendidos de la mejor manera posible”, coinciden ambas médicas.
Hoy se ha reestructurado la guardia, entre el área de febriles ó con síntomas de coronavirus y la zona de los pacientes no covid. Luego de pasar por el triage, son las empleadas de la recepción quienes derivan a los pacientes hacia la zona correspondiente y por eso hoy es clave también su labor. “Nuestro trabajo también se amplió, porque tenemos dos guardias”, relata Gloria Czernaczuck, una de las empleadas de la recepción.
Todo el equipo de la guardia coincide en que enfrentar la pandemia los tiene exhaustos, sobre todo por la angustia que se genera: “Nosotros también, muchas veces necesitamos contención porque después de 24 horas predomina la angustia, cuando uno siente que no puede hacer más”.
“Lo que más nos da miedo es contagiar a nuestras familias. Yo no siento miedo de mi contagio, pero sí siento mucho miedo de llevar la enfermedad a casa. No me perdonaría nunca contagiar a mis hijos o a mis padres. Nosotros elegimos estar acá y ellos no”, se confiesa la doctora Barboza, antes de volver a colocarse su equipo de protección personal – barbijo, guantes, camisolín, antiparras, máscara, entre otros elementos – y volver a ingresar al consultorio para seguir con los hisopados.
Mientras tanto, camilleros trasladan a dos pacientes hacia la terapia intensiva, con insuficiencia respiratoria –causada por el Covid-, del otro lado de la puerta unos 20 vecinos esperan para hacerse hisopados y otros 10 para atenderse de otras patologías, es un día más de trabajo en la guardia del hospital San José.